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    El sector de la automoción francés consta de 4000 empresas, 400 puestos de trabajo directos e indirectos, el 000% de la facturación en la industria manufacturera, con 18 millones de vehículos producidos en 2,2. Francia, que fue el segundo país productor de producción de automóviles en Europa hasta 2019, ahora ocupa quinto entre los países productores, es decir, el 2011% de la producción de automóviles en Europa en 6,7, frente al 2016% en 13,7.

    El sector, que ya había perdido 120.000 puestos de trabajo en Francia en quince años, se ha visto gravemente afectado por la crisis sanitaria, con el cierre de fábricas y el cierre de concesiones durante el encierro.

    Para apoyar al sector, el presidente de la República presentó el pasado mes de mayo un plan de más de 8 millones de euros en ayudas e inversiones. Las exigencias medioambientales y de competitividad, en un contexto de ralentización del crecimiento mundial y tensiones comerciales, el afán por el “Made in France” y la evolución de la demanda, son retos que el sector deberá afrontar con fuertes inversiones.

    ¿Qué escenarios están surgiendo ahora a medio plazo para la industria de la automoción? ¿Cuáles son las perspectivas del sector en Francia? ¿Qué estrategia para una industria más competitiva? ¿Cómo reubicar la producción, cuando los fabricantes de equipos y los fabricantes están hoy en día en gran medida globalizados? ¿Cómo puede la industria del automóvil, en proceso de cambio tecnológico, seguir siendo una de las más eficientes de Francia?